You beautiful thing, you
Tempest Jackson, de diecinueve años, quiere un bebé.
No, su reloj biológico no ha dejado de funcionar, pero está desesperada por un amor incondicional. Rechazada por todos, excepto por su hermano, y a punto de ser casada por su padre para obtener beneficios económicos, anhela tener cerca a alguien a quien llamar suyo.
Entra Ledger Thorne. Dios del fútbol, devastadoramente guapo y rival de su hermano.
Hubo una vez algo entre ellos. Algo hermoso. Pero mientras Tempest creía estar locamente enamorada, Ledger sólo la utilizaba para una mezquina venganza.
Así que Tempest tiene un plan: seducir al idiota sexy que le rompió el corazón, utilizarlo para quedarse embarazada y luego dejarlo tirado como él la dejó a ella, para casarse con un desconocido.
Sólo que el problema de hacer bebés es que no se siente como una venganza. Se parece mucho a eso que solían tener: Caliente y tormentoso, intenso e íntimo.
Pero Tempest no es tonta. Se apegará al plan.
¿Porque no fue Ledger quien convirtió su belleza en algo feo?
Ahora le toca a ella...
NOTA: Se trata de una serie ambientada en el mundo de Bardstown, un spin-off de St. Mary’s Rebels.
Oh, You’re So Cold
Juro que no lo hice a propósito.
Lo único que quería era un beso inofensivo del guapo desconocido de mi fiesta de dieciocho cumpleaños. Pero cuando dijo -con un cruel giro de sus labios de fumador de cigarrillos- que no besaba a “niñitas molestas” decidí estúpidamente flirtear con un chico cualquiera para ponerlo celoso.
Nunca quise que ese tipo al azar se enamorara de mí. O peor, que accidentalmente empezara una relación con él. Pero ahora tengo un nuevo novio mientras no puedo dejar de pensar en el chico al que no le importa que yo exista.
Así que es hora de seguir adelante y centrarme en mi nueva relación.
Sólo que en el momento en que tomo esa decisión, él decide fijarse en mí.
Decide mirarme demasiado fijamente y de una forma que me hace sonrojar. Ah, y un día, cuando mi novio no está mirando, decide acorralarme en un pasillo solitario y poner sobre mí sus manos ásperas y acaloradas que se sienten a partes iguales prohibidas y familiares.
Pero no soy estúpida.
No voy a arruinar mi nueva relación por alguien a quien la gente llama Stellan “El Frío” Thorne. Especialmente no cuando el tipo aleatorio con el que estoy saliendo no es aleatorio en absoluto.
No, resulta que mi nuevo novio es el hermano del chico con el que estoy inapropiadamente obsesionada.
Y no soy el tipo de chica que se interpone entre dos hermanos.
Hermanos gemelos...
¿O no?
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