La montaña siempre fue mi refugio... hasta que dejó de serlo.
Era mi refugio contra la fría soledad de la ciudad, contra el matrimonio sin amor de mis padres, contra su ira y su caos. Incluso cuando me dejaron con mi espeluznante tío, esperaba con ilusión los veranos en la cabaña, sobre todo después de conocerlos.
Los segadores.
Killian, Monty y Theo.
Eran mis amigos, el secreto que guardaba para que mi vida fuera soportable
Y entonces, un verano, su amistad se convirtió en algo siniestro.
Su odio me mantuvo viva, alimentó una parte de mí que lo necesitaba. Pensé que se había convertido en algo más, pero luego me abandonaron y todo se derrumbó.
Me casé con el marido que me asignaron y cambié una prisión por otra.
Durante años, toleré la apatía de mi marido, su odio, su repugnancia. Sabía que no debía intentar huir, pero eso no me detuvo. Mi marido se enteró y ahora me está arrastrando de vuelta a la cabaña, a mi lugar seguro... que puede que sea mi lugar de descanso final. Porque si mi marido no me mata, lo harán los hombres que dejé atrás hace tantos años.
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