Hate to love tou
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Él era mi amor platónico en el instituto, el chico que me hacía temblar las rodillas con solo una sonrisa. Y el que me rompió el corazón en mil pedazos. Ahora ha vuelto... y quiere lo único que sus millones no pueden comprar: ¡a mí!
Emily ha pasado la mayor parte de la última década tratando de borrar a Adam Conway de su mente. Si su ex se hubiera mantenido alejado de su tranquilo pueblecito en Georgia, tal vez habría logrado olvidar sus melancólicos ojos oscuros y esa sonrisa irresistible.
Pero el destino tenía otros planes.
Ahora ha vuelto y es su nuevo jefe, así que es imposible evitarlo.
Y lo que es todavía peor, Adam quiere que ella finja ser su esposa para ayudarle a cerrar un importante contrato para su empresa.
Lo que comienza siendo un acuerdo comercial se convierte rápidamente en una noche salvaje llena de tequila, viejos recuerdos y una pasión incontrolable. Pero cuando se despiertan a la mañana siguiente, no solo tienen una gran resaca, sino que están legalmente casados.
Y Emily tiene una sorpresa que ninguno de los dos esperaba.
Su cabeza le dice que huya. Su corazón le ruega que se quede.
Pero, ¿puede confiar de verdad en el hombre que ya la abandonó una vez? ¿Hay alguna posibilidad de que puedan convertirse en una verdadera familia... juntos?
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Todo comienza con una mentira nacida de la desesperación.
Pero pronto se vuelve más real que cualquier otra cosa que haya experimentado en mi vida…
Aunque, ¿cómo puede funcionar algo así entre dos personas de mundos completamente diferentes?
Cuando mi nuevo vecino toca mi flor, pierdo el control.
No, ¡no es lo que estás pensando! Es mi rosal.
Lo empieza a podar sin siquiera preguntarme.
Y parece que ese es un problema frecuente con Colin Canavan:
solo porque es una estrella de cine multimillonaria, cree que puede salirse con la suya en todo.
Como besarme descaradamente en un bar en cuanto se da cuenta de que no soporto ver a mi ex Dylan con su nueva novia.
Vale, lo admito, ese beso fue pura magia.
¿Y el hecho de que Colin me ayudara para que yo no pareciera estar completamente desesperada? Sinceramente, fue un detalle muy bonito.
Incluso se ofrece a fingir ser mi novio hasta que Dylan se vaya de la ciudad.
No estoy en mi sano juicio, lo reconozco.
Ahora vivo con este hombre arrogante, caótico y egocéntrico.
Pero no puedo negar lo bien que me siento cuando estoy cerca de él.
Su aroma. Sus miradas secretas. Nuestros roces accidentales.
La línea entre la mentira y la realidad no tarda en difuminarse.
Y una mañana, me despierto a su lado en la cama, con un anillo en el dedo.
Resulta que nuestra boda espontánea y alcoholizada no es la única sorpresa inesperada…
Al menos, no según mi test de embarazo.
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