«Eres mi pequeña pecadora que sólo me reza a mí».
Sólo se suponía que iba a ser una noche de fiesta con mi mejor amiga para ver tocar a nuestro grupo favorito en un bar local. No esperábamos ser sus vírgenes sacrificadas en nombre de Lucifer.
Días después, resucité, pero ya no era la misma que antes de mi muerte. Lamentablemente, mi amiga no volvió a la vida. En su lugar, fue mi merienda en un ataque de hambre y confusión.
Ahora tenía un apetito que sólo los hombres podían satisfacer. En un momento dado, casi mato a mi novio por eso.
Fue entonces cuando entraron ellos.
Lucien y Daiman eran las razones por las que yo ya no era la misma.
Querían que los usara hasta que pudiera controlar mi hambre, pero ¿cómo iba a tocarlos cuando fueron ellos los que me mataron?
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