La vida puede cambiar en cuestión de segundos. Después de perder a su mujer a manos de una banda mafiosa rival y quedarse solo para criar a su hijo hace seis meses, Roman Molanari lo sabe mejor que nadie. Ha hecho todo lo posible para que la vida de su hijo de seis años, Ty, siga siendo normal tras la muerte de su madre, pero el hombre que la mató sigue libre y eso consume a Roman. Cuando recibe una llamada con información sobre una pista estando en el parque con su hijo, desvía la mirada un segundo, solo un segundo, y eso es todo lo que hace falta.
La residente de cirugía Madison Taylor está acostumbrada al caos, pero nada podría prepararla para lo que se encuentra en el parque esa tarde. Disparos. Gritos. Gente corriendo en todas direcciones. Ella corre a ayudar, encuentra a un niño pequeño sangrando en el arenero y se pone en acción. Sabe que tiene que llevarlo al hospital, pero lo último que espera es que el padre del niño le apunte con una pistola a la cabeza y la obligue a subir al asiento trasero de su vehículo.
Ahora, la vida de Ty está en peligro y, si le pasa algo, Madison lo pagará con la suya. Salvar a Ty resulta ser la parte fácil, y rápidamente se ve envuelta en la peligrosa red que teje Roman Molanari.
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